Las ventanas de aluminio en Tenerife son una excelente opción para el hogar y las oficinas debido a su durabilidad, resistencia y diseño moderno. Sin embargo, para mantenerlas en óptimas condiciones y prolongar su vida útil, es fundamental seguir algunos cuidados básicos que aseguren su funcionamiento y estética.

El aluminio es un material que no se oxida fácilmente, pero la acumulación de polvo y suciedad puede afectar su apariencia y funcionamiento. Se recomienda limpiar las ventanas de aluminio en Tenerife cada 3 o 4 meses con agua tibia y un detergente suave. Evita productos abrasivos o con ácidos que puedan dañar el acabado del metal. Los cristales y las juntas de las ventanas de aluminio también necesitan atención. Limpia los vidrios con un limpiador adecuado y asegúrate de que las juntas de goma estén en buen estado, ya que estas garantizan la estanqueidad de la ventana. Si observas desgaste o grietas, es importante reemplazarlas.

Los mecanismos de apertura y cierre, como bisagras y manillas, pueden desgastarse con el tiempo si no se lubrican de manera adecuada. Usa un lubricante en aerosol de silicona o específico para metales al menos dos veces al año, y evita el uso de aceites que puedan acumular residuos.

Aunque el aluminio resiste bien la humedad, es importante evitar que el agua se acumule en las esquinas o ranuras de las ventanas, ya que puede fomentar la aparición de moho o dañar otros componentes de la ventana, como las juntas o los cristales. Siguiendo estos sencillos cuidados, tus ventanas de aluminio se mantendrán en perfecto estado, asegurando su durabilidad y apariencia por muchos años.

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