Si hay algo que une a los instaladores de ventanas de aluminio en Tenerife es la pasión por ese gran invento que se denominó ventana y que de tanta utilidad ha sido para el ser humano. Como cualquier otro invento del hombre, también ha tenido su historia y, cómo no, sus anécdotas.

Entre los profesionales dedicados a la instalación de ventanas de aluminio en Tenerife es muy normal conocer esas historias sorprendentes y extrañas en torno a estos elementos, como de la que vamos a hablar a continuación: el impuesto a las ventanas.

Esta historia, totalmente verídica y documentada, sucedió en Inglaterra. Corría el año 1696 y el monarca que reinaba era el famoso Guillermo II, conocido por todos por ser un especialista en acabar participando en toda guerra que se le presentara. Tanto fue así que prácticamente pasó más tiempo fuera de casa que en la propia Inglaterra.

Todos estos enfrentamientos bélicos acabaron por mermar las arcas del estado, y como suele suceder a lo largo de la historia, se recurrió a crear un nuevo impuesto a los ciudadanos para paliar dicha bancarrota.

Del Consejo de la Corte surgió la idea de poner el impuesto de las ventanas. Básicamente consistía en que pagarían el impuesto aquellos cuyas casas tuvieran más de seis ventanas, señal inequívoca de que tenían un alto nivel adquisitivo al poseer unas casas más grandes.

Hubiera sido efectivo si los ciudadanos no hubieran sido listos, porque de la noche a la mañana se tapiaron cientos de ventanas para no pagar ese nuevo tributo. Finalmente, y pese a que estuvo vigente durante siglos, en 1851 fue abolido completamente.

Sin duda, una historia de la que nos encanta hablar, y como en Cristalerías y Aluminios Manuel Izquierdo decimos, aquí estamos para conseguir que todas las ventanas sirvan para asomarnos al mundo. Con ese propósito nos ponemos a tu disposición para dar la mejor respuesta a tus necesidades.